Al gobierno del presidente Abinader se le acusa de tener un romance con la ONU y de ser un beneficiario de los haitianos. Vamos a ver si esto es cierto:
La frontera con Haití ha sido reforzada con casi 12 mil militares dominicanos, en favor de la seguridad fronteriza y en defensa de la soberanía nacional, ante la crisis haitiana con las bandas.
El gobierno ha adquirido aeronaves y vehículos blindados para la defensa en la frontera: Seis helicópteros para labores reconocimiento y diez aeronaves de vigilancia, que serán utilizadas en operaciones tácticas, de búsqueda, rescates, transporte de carga, evacuaciones de emergencia y extinción de fuegos forestales. Además de 21 vehículos blindados de transporte de última generación. Esta es la mayor adquisición de este tipo de equipo por parte de un Gobierno dominicano desde 1961.
Ha construido una verja perimetral inteligente en la Frontera con Haití. Por primera vez en la historia, RD cuenta con un muro fronterizo con el vecino país. En el 2023 se inauguró un primer tramo de casi 400 kilómetros cuadrados.
Ha organizado el flujo de haitianos en los mercados binacionales, aplicando medidas de protección, entre ellas, la implementación del registro de los datos biométricos a los extranjeros, lo que se mantendrá como medida de seguridad aunque le resulte molesto a los haitianos. Ya la frontera nunca será la misma de antes.
Ha intercedido por Haití reiteradamente ante la comunidad internacional. El gobierno de Luis Abinader ha denunciado la grave crisis que atraviesa Haití en las diversas organizaciones multilaterales, y ha señalado de manera textual que “El problema haitiano no tiene solución dominicana”, dejando clara la posición del país al respecto. En su más reciente intervención, introdujo una nueva consigna: “O luchamos juntos para salvar a Haití o lucharemos solos para proteger a República Dominicana”.
Está ejecutando los más grandes proyectos de desarrollo en provincias fronterizas: Desde Pedernales hasta Monte Cristi.
Solo en 2022, República Dominicana deportó 120,900 extranjeros irregulares, casi todos de origen haitiano. Para un país de nuestras dimensiones, esa cifra de inmigrantes irregulares es imposible de acoger, sin que se generen graves conflictos sociales y una presión inadmisible en el presupuesto nacional.
A pesar de las presiones internacionales, no permitió la entrada del primer Ministro de Haití, ni de ciudadanos haitianos en calidad de refugiados, además de que tampoco detendrá las deportaciones.
Ningún otro presidente en la historia de nuestra nación ha hecho tanto por la seguridad nacional ante la crisis haitiana. Con el respeto que se merecen los compromisos asumidos con la comunidad internacional, el presidente Luis Abinader ha cumplido con su mandato constitucional, poniendo siempre primero la soberanía y el interés nacional, ante cualquier otra cosa.
Fuentes: